ÍNDICE

1.      Introducción

2.      Una pregunta frecuente: ¿Es Francisco marxista?

3.      Una crítica ética al capitalismo

4.      ¿Está el Papa Francisco en contra del capitalismo?

5.      Palabras Finales

6.      Bibliografía

 

1.      Introducción

 

Una encíclica abarcadora de muchos temas, pero ninguno fuera de la actual situación mundial. Han pasado algunos años y sus líneas no pierden vigencia. Fratelli Tutti (3 de octubre de 2020, vísperas de la fiesta de San Francisco de Asís) se inserta en la continuidad de la doctrina social de la Iglesia, y en algunos temas hay una síntesis actualizada de los mismos y en otros hay temas nuevos que los tiempos nos sugieren. “Leer” los signos de los tiempos es un discernimiento individual y comunitario, al que continuamente nos llama el papa Francisco. Es lo que intentamos hacer en estas suscintas reflexiones.

 

2.      Una pregunta frecuente: ¿Es Francisco marxista?

 

Mucha gente en modo ramplón acusa al Papa Francisco de ser comunista. ¿Lo es realmente? Por supuesto que no. Bergoglio ante todo es un Pastor, con corazón de padre de todos y “olor a oveja”. No es un político y ni siquiera un filósofo de la política. Asume la antigua doctrina social cristiana en el nuevo contexto de la economía y la sociedad actuales. Y aquí sí hay novedad, pues el mundo mismo cambia velozmente. Como él mismo suele repetir, no vivimos una época de cambios sino un cambio de época.

Esta doctrina resuena en el contexto actual con un tono diferente y es esto lo que provoca tanto recelo ante algunas declaraciones del Papa en un sector de nuestra opinión pública. Este “tono” diferente es lo que queremos investigar en el presente artículo. También registraremos similitudes y diferencias con algunos aspectos del pensamiento de Marx que tal vez merezcan ser recuperados tras la muerte del marxismo.

Ante la catástrofe de guerras que continúan hoy – Rusia- Ucrania; Israel –Hamas; las de África en varios lugares, una cosa resulta clara: Todavía necesitamos un movimiento por la liberación integral de la persona humana

Tras el colapso del marxismo muchos han llegado a la conclusión de que el capitalismo había triunfado definitivamente. Muchos pensaron que el mercado por sí solo era suficiente para mediar en todas las relaciones e interacciones humanas y crear una sociedad justa. Otra consecuencia fue que con el comunismo también llegó a su fin la gran experiencia del Movimiento Obrero. Una gran parte de la izquierda también compartió esta opinión y sustituyó la búsqueda de justicia social por la modernización de las costumbres sexuales. De algún modo, pasaron de la lucha de clases a la lucha de sexos (Judith Butler).

Aún con la decadencia del marxismo, se pensó que la lucha por la justicia social y por la liberación de los oprimidos no iba a ceder. El marxismo estaba equivocado por su dialéctica materialista, pero la opresión de los pobres era real. El “grito” de protesta era válido. Marx había llevado al Movimiento Obrero a un callejón sin salida, pero la caída del comunismo no traería consigo el fin del Movimiento Obrero, sino sólo el comienzo de una nueva etapa en su historia. En esta etapa la Iglesia Católica podría y debería intentar asumir el liderazgo de este movimiento.

Me parece que éste es uno de los objetivos de la encíclica Fratelli tutti.

 

3.      Una crítica ética al capitalismo

 

Digámoslo claramente: la crítica de Francisco al capitalismo es ética. El sistema existente es evaluado con la medida ética del Evangelio y se considera injusto y lleno de iniquidades. Una parte de la humanidad pasa hambre mientras otra parte desperdicia una enorme cantidad de recursos[1]. Más de 815 millones de personas sufren inseguridad y carencia alimentaria de modo crónico. Como dice G. Gutiérrez, el pobre es “el que muere antes de tiempo”.

El sistema tiene como objetivo la maximización de los valores de cambio y no de los valores de uso, bienes útiles para mejorar la vida de las personas. Los hombres viven para ganar dinero, como objetivo principal, en lugar de ganar dinero para vivir. Aquellos que no son útiles para ganar dinero son paulatinamente descartados como superfluos. Son sólo un desperdicio. Una carga. La cultura del “descarte” de la que tanto habla Francisco: “El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan demagógicamente para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos. En ambos casos se advierte la dificultad para pensar un mundo abierto que tenga lugar para todos, que incorpore a los más débiles y que respete las diversas culturas”. (Fratelli Tutti n° 155).

Quienes pueden ganar dinero participan en el círculo de producción y consumo, pero ¿son felices? No lo son porque están alienados. El concepto de alienación que nos ayuda a comprender a Francisco no es el de Marx -alienación económica- sino el de Karol Wojtyła: el hombre está realmente solo -no alienado- cuando es miembro de una comunidad viva animada por el amor y el cuidado recíproco. El hombre está ordenado por su esencia a ser un “yo” pero también a un “nosotros”. La persona cumple su destino último mediante un acto de pertenencia a otras personas a las que ofrece su capacidad de construcción y amor.

La verdadera riqueza de la vida personal consiste en las relaciones de recíproca pertenencia en el amor que se han establecido a lo largo de la vida. Si comprendemos esto, comprenderemos por qué la opción preferencial por los pobres no contradice el mandamiento del amor universal. 

El sistema de pecado estructural[2] que condena a los pobres a una vida de penurias o a morir de hambre, al mismo tiempo condena a los ricos a una vida de alienación e inautenticidad. Aquí Francisco sigue los pasos de Bartolomé de Las Casas: el gran fraile dominico se compadeció de la difícil situación material y social de los pueblos originarios, pero estaba también preocupado por la salvación de las almas de los españoles.

La crítica de Francisco es una crítica inmanente. No es economista y no propone un modelo diferente. Nos anima, sin embargo, a repensar los presupuestos antropológicos de la economía actual mientras señala sus aparentes deficiencias.

Las advertencias del Papa encuentran aquí algunas reflexiones que están creciendo en el mundo de los economistas profesionales. Estas reflexiones no tienen una motivación ética; más bien, surgen del hecho de que el funcionamiento empírico real de la economía no corresponde a los modelos propuestos en los manuales.

Detengámonos en un punto. Francisco ha expresado más de una vez su desconfianza ante la idea de que la asistencia social “goteará” (teoría del derrame, expuesta en Evangelii Gaudium) a través de mecanismos de mercado e incluso llegará al final a sacar  a los pobres de su penuria. Disponemos de modelos lógicos sólidos que nos aseguran que el mercado tiende a una posición de equilibrio con el pleno empleo de todos los factores (trabajo incluido). Sin embargo, este conocimiento a priori se contradice con la existencia empírica de enormes cantidades de desempleados en muchas economías mundiales. John Maynard Keynes ya había observado que el modelo de economía marginalista sólo funciona a largo plazo, pero a largo plazo todos estaremos muertos y los trabajadores desean encontrar un trabajo digno en el tiempo limitado de sus vidas.

El modelo, además, presupone un mercado perfecto en el que el capital y el trabajo puedan moverse libremente para explotar las mejores oportunidades sin barreras de ningún tipo y con libre acceso al factor productivo en igualdad de condiciones. Sin embargo, este no es el caso en el mundo real. Los mercados reales están llenos de barreras que crean condiciones de monopolio u oligopolio y sólo una política económica sólida puede mantener los mercados abiertos. Los pobres tienen un acceso muy limitado y desigual al mercado, cuando lo tienen y no están completamente descartados. No poseen las habilidades y cualificaciones necesarias, no tienen acceso al crédito y muy a menudo ni siquiera pueden registrar sus pequeñas empresas para operar en el mercado.

A eso le sumamos que existe la economía informal, que hace difícil la superación a gran escala.

¿A qué se debe esta diferencia entre el funcionamiento teórico y práctico del mercado? La maximización de la producción de valor es una de las fuerzas impulsoras de los mercados reales, pero no la única. El interés de la élite por preservar su posición de poder es una fuerza cuasi omnipotente que intenta dar forma a los mercados reales. El juego está como “aceitado” a favor de los poderosos. Es plenamente legítimo exigir que esta perturbación se equilibre con políticas sólidas que empoderen a los pobres y les conceda el justo lugar que les corresponde. El pobre está llamado a ser prioridad en una sana economía.

 

4.      ¿Está el Papa Francisco en contra del capitalismo?

 

Si identificamos el capitalismo con el mercado, no es contrario. El Papa Francisco reconoce plenamente la positividad de los mecanismos de mercado. 

Si pensáramos que el mecanismo del mercado “per se”, es suficiente para mediar en todas las interacciones humanas, el Papa nos dirá que esta proposición es falsa y puede servir como cobertura ideológica para la manipulación del mercado contra los pobres. 

La oferta y la demanda dejados a su libre juego pueden desequilibrarse. Puede ocurrir, en algún momento, y ser factor de desempleo y pobreza. Y en este sentido, el Estado es un actor que no debe desentenderse alegremente del bien de todos. Tiene la prudente misión de animar, vigilar y equilibrar, y cuando sea necesario, subsidiar. Un Estado presente generando políticas de educación inclusiva, salud para todos, seguridad para todos los rincones, etc.

Más bien, el papa Francisco en su magisterio social, defenderá una orientación política del mercado para ponerlo al servicio de los pobres y de la humanidad en general. Y en esto echa mano de la gran herramienta: la ética empresarial, la ética en el trabajo.

 

5.      Palabras Finales

 

Releer Fratelli tutti nos deja el sabor de la esperanza. No olvidemos que el subtítulo de la encíclica reza: Sobre la fraternidad y la amistad social.

Hay realismo, por momentos, crudo realismo. Lo muestra el primer capítulo de la encíclica: “Las sombras de un mundo cerrado”. Allí describe con duras pinceladas lo que pasa en el mundo en estos tiempos. Pero nos abre a pensar desde los criterios del Evangelio, el panorama político-social siempre cambiantes. Es hacer hermenéutica de lo real. Y hermenéutica no sólo de textos sino de contextos, es decir de los relatos y los hechos situados hic et nunc (aquí y ahora).

Este breve artículo sólo quiere animarnos en la lectura de esta encíclica de Francisco, preocupado por lo que pasa más allá de los límites de la Iglesia, por lo que pasa en el mundo, en cierto sentido, su parroquia.

 

6.      BIBLIOGRAFÍA

 

CUDA, E., “El desafío de volver a poner en valor la Vida. El método teológico moral social a partir del magisterio de Francisco”, en Etica Teologica della Vita. Scrittura, tradizione, sfide pratiche ( a cura di Paglia, V.), Librería Editrice Vaticana, Roma, 2022.

GUTIERREZ, G., Teología de la liberación. Perspectivas, Salamanca, Sígueme, 1990 (14 ed.).

 

FRANCISCO, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, Roma, 2013.

FRANCISCO, Exhortación Post Sinodal Querida Amazonia, Roma, 2020.

FRANCISCO, Carta Encíclica Fratelli Tutti. Sobre la Fraternidad y la Amistad Social, Roma, 2020.

SENATORE, A., Las Ideologías. Miradas desde la Doctrina Social de la Iglesia, Ed. UCCuyo, San Juan, 2023.

SILVA, S., “La Teología de la Liberación” en Teología y Vida, vol. L (2009) 93-116.

 

 

 



[1] Cfr. Quien desee profundizar este punto, puede ver, entre tantas, GARCÍA, J. J., Voz “El Hambre en el mundo”, en www.enciclopediadebioetica.com Universidad Católica de Cuyo. Visita del día 26 -01-2024.

 

[2] “Pecado estructural” es una categoría introducida por Juan Pablo II en su Encíclica Sollicituo Rei Socialis  n° 36. Luego se asumirá normalmente en el Magisterio de los distintos Papas.

Última modificación: Monday, 19 de February de 2024, 17:01